martes, 6 de enero de 2009

PÁRRAFOS SABÁTICOS: EL FIN DEL MUNDO HA LLEGADO ¡QUE SUENE MARVIN GAYE!

Si hay un protagonista estelar de este peregrinaje espiritual, más allá de La García y de este vuestro humilde servidor e incluso de Olivia, que ya es mucho decir, es este legajo modernista edificado con sucias palabras de las de enjuague con lejía, reflexiones incendiarias ―efectiva terapia para combatir la úlcera gástrica― y demencia bíblica atestada de anecdotario demencial.

Proyecto robado al asueto de los últimos años que centra la holganza de este ―al que la crisis está convirtiendo en más quijote que sabático, en más lucha contra gigantes que disfrute bucólico a la sombra de los molinos― y las ilusiones ―contenidas por el realismo― de un futuro elegido por uno mismo.

Aquí os dejo con una breve ficha de mi aportación a la literatura mundial, esperando ―y al hilo de mi anterior post literario― no suponga el ocaso de la misma.

Autor: El que suscribe.

Año de publicación: incierto.

El principio: «Koji Nakamura conducía por el ovillo de circunvalaciones que orbita alrededor de Tokio. El crepúsculo dibujaba a su espalda la dentada silueta de la megalópolis dándole un aspecto amenazador, como de enormes fauces cerniéndose sobre él. Apretó con fuerza el acelerador intentando alejar de la boca del estómago esa inquietante sensación, recuperando la serenidad a medida que las millas iban poniendo asfalto de por medio. Una serenidad, una paz que por mucho que escarbase en su interior no recordaba haber tenido nunca. Al menos hasta ayer por la noche, cuando recibió el mensaje en su correo electrónico.

—Mañana es el día. 19:00. Mañana es el día. 19:00. Mañana es el día. 19:00 —se repetía entre susurros sintiendo cómo los nervios y la impaciencia atenazaban sus pulmones dificultándole la respiración.

Comprobó nuevamente por el espejo que los dos metros de manguera y la katana reposaban sobre el asiento de atrás. Todavía eran las siete menos cuarto y la siguiente salida era la suya.

Todo estaba controlado».

El final: «Empezó a llover. La lluvia era suave y delicada. Una lluvia que le acariciaba la cara, arrastraba sus lágrimas y saciaba su sed.

El señor Yamamoto miró la lluvia caer. Cada gota estaba en su lugar».

Una cita: «A los ojos de los demás podíamos parecer un puñado de perdedores que habían dejado pasar el tren. Teníamos trabajos de mierda con sueldos de mierda, vivíamos de alquiler en cuchitriles infectos y carecíamos de pareja estable y visos de adquirirla. Pero la verdad es que nos daba totalmente igual. Al menos, nadie había elegido por nosotros ni habíamos sucumbido a la presión social. Nos negábamos a renunciar a nuestros sueños por triviales y absurdos que parecieran. Para nosotros eran los demás los que habían perdido la batalla. Proyectos de héroe que cayeron en las trincheras sin pegar un solo tiro. Muertos en vida que arrastraban su frustración en un carrito con niño. Que maceraban su angustia en un trabajo anodino. Que veían su futuro con clarividencia en cada una de las arrugas que la amargura había esculpido en la cara de sus progenitores».

De qué diablos: Unos adolescentes nipones se han citado a través de internet para suicidarse cuando una lluvia de ranas cae sobre ellos. Una semana después, el tejado del Arena México se viene abajo en pleno combate de lucha libre a causa de una tormenta de granizo. Siete días más tarde, en el Hotel-Casino Riviera de Las Vegas, el certamen internacional de imitadores de Elvis es interrumpido y arrasado por miles y miles de langostas.
Ajeno a todo esto Duque pasa la vida entre discos de jazz y noches de soul en compañía de sus amigos: Santo ―un adicto a la tele-tienda que lleva dos semanas sin salir del sótano de su casa―, Moriarti ―canallesco celador de hospital a tiempo parcial y fumeta terapéutico a jornada completa― y Franky ―un violento trabajador de funeraria que sólo se comunica con frases de películas―. Una existencia sin norte ni brújula que en un momento de delirio les lleva a creer, de forma bastante fundada, que el fin del mundo ha llegado y ocurrirá en Tomelloso. Lo cual no sería un inconveniente de no ser ellos los elegidos para salvarlo.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Como buen "dealer" las primeras dosis las das gratis, ya nos cobraras cuando estemos emganchados.

Dani Llabrés dijo...

¡Qué bien lo sabe mi caballero de los mil vicios y uno más!

Anónimo dijo...

PARA CUANDO SE PODRÁ COMPRAR DICHO EJEMPLAR EN LA EDITORIAL LULU.....

JAJAJAJAJA

Dani Llabrés dijo...

Pues no te rías canalla que lo futurible -después de tiempo, dinero y esfuerzo- es que la criatura recabe en auto-edición. Pero seguro que más de un presidente de nación ha estudiado en un colegio público.

Anónimo dijo...

¡Dioooss, qué genial! Personajes curiosísimos, plagas tan surrealistas como la "lluvia de ranas" (que me ha hecho mucha gracia), inminente destrucción del planeta, idealismo entretejido con hiperrealismo...

Tiene todos los ingredientes perfectos para, de un culazo, sacar del mapa literario a todos esos bestsellers apestosos que campan a sus anchas (aunque tal vez sea precisamente por eso por lo que lo "futurible" termine siendo la auto-edición).

El resumen, en mi humilde opinión, sería CALIDAD. Me gusta tu prosa, es muy sugerente y hasta poética en su justa medida :-).

Saludos y mucha suerte,

Paula

PD: Lo siento, me emociono y me extiendo...

Dani Llabrés dijo...

Estimada Paula:

Gracias por extenderte y mucho más por emocionarte o por haberte extendido con la emoción.
Evidentemente eres una persona con criterio y me tranquiliza saber que de caer en la futurible auto-edición al menos venderé un ejemplar.
Gracias de nuevo por los elogios emocionados a la par de extensos, inmerecidos a la par de bien recibidos.

Anónimo dijo...

COMETE MI RABO PRESIDIARIO!
FRANCIS BEGBIE.
un abrazo!

Dani Llabrés dijo...

Estimado Franco Begbie:

No me vienen de nuevo sus reclamos fálicos pues conocida era entre rejas su afición por las revistas homogayers.

Un fuerte abrazo también para Ud. y suerte en las duchas.

Anónimo dijo...

Después de leer el último número del "Back in Time" unas 17.367 veces siempre me he "shockado" con un capítulo de una novela de gracioso nombre. Hoy, después de unas semanas dejándolo pasar me he acercado a ver a mi librero de confianza y cual ha sido mi sorpresa (negativa) al ver que mi gozo se quedaba, para variar, en un pozo, pues la novela con título negroide no está publicada, aun.
Si se anima a editarla será un verdadero placer adquirirla, mientras tanto me iré pasando por aquí para ver como va el percal.

MUCHA SUERTE!!!

Delfín.

P.D.: Ha sido muy placentero leer el capítulo.