domingo, 1 de febrero de 2009

CHET BAKER: EL ANGEL CAIDO



13 de mayo de 1988, un cuerpo sin vida yace bajo una ventana abierta del Hotel Prins Hendrik de Ámsterdam. Tras la carcasa ensangrentada de ese ajado anciano se encontraba el más famoso jazzman blanco de todos los tiempos, su nombre Chet Baker, su edad 58 años.

Podéis llamarme limitado, cerrado de mente, talibán o jurásico… sí, soy todo eso y muchas otras cosas. Pero la verdad es que siempre he considerado las largas improvisaciones en el jazz ―y, si me apuras, en cualquier estilo― como un innecesario egocentrismo interpretativo que enturbia la melodía. Por eso soy más del cool que del bebop, del souljazz que del hardbop. Por eso detesto el freejazz. Por eso me encanta Chet Baker.

Chet Baker tenía el talento suficiente para ser el más grande y, a pesar de que hizo todo lo posible para evitarlo, casi lo consiguió. Su voz es el quejido asexuado y doliente del agonizante. El sonido de su trompeta tiene todo el romanticismo del que carecía su tortuosa vida. Chet escupe sus entrañas con la dulzura de la derrota y anuda tus pulmones con alambre de espino y melancolía. Un ángel caído más allá de los confines del infierno, una trompeta de oro empeñada por el precio de una dosis.

Para lo que gustéis de las biografías crudas no podéis perderos el excelente Deep in a dream. La larga noche de Chet Baker del periodista James Gavin. Más de 500 páginas repletas de idolatría y olvido, de detenciones y extradiciones, de conciertos memorables y amores enfermizos, de autodestrucción y carretera, de amistad y pasión pero sobretodo repletas de jazz, de ese jazz que se desliza por las callejuelas de la vieja Ámsterdam. Porque Ámsterdam no ha olvidado al viejo Chet.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena entrada. Me ha gustado mucho.
No será este "My Funny Valentine" de las más mejores versiones que se han hecho? Ignoraba que había muerto allí y en esas condiciones.

En otro orden de cosas, ya me cuentas qué te han parecido las galletas, además de kitsch. Seguro que de las Stroopwafels, ya estáis hartos, si es que se puede alguien hartar de una delicia así! Larga vida al dulce! (Y al salado!)

Dani Llabrés dijo...

Agradecimientos sinceros y máxime viniendo de su más que solvente pluma.
Si no es la mejor, está seguro en el ranking de las imprescindibles.
Pues sí, al bueno de Chet le dio por morirse en Ámsterdam tras caer por la ventana de un hotelucho en los aledaños del Barrio Rojo que se ve desde la estación central. Una de esas muertes controvertidas que arrastran todo tipo de leyendas.
Sus galletas casamórficas exquisitas, de los wafels para qué hablar... aunque por aquí lo que es absolutamente obsceno son los chocolates (en versión adoquín y rellenos con avellanas, cacahuetes o arándanos) ¡Long Live Sweet!

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Considerando mi proverbial falta de oido.
Considerando que Euterpe nunca ha sido mi amiga.
Considerando que mi capacidad de analisis musical se circunscribe a me gusta o no me gusta.
Fallamos, que me gusta.
Y me trae a la memoria, la rota voz de Jose Luis Alvite, pluma maldita, que entre muchas otras, tiene frases como "la clase de tipos duros que hacía lustros que habían sustituido los cereales del desayuno por la metralla de la cena y con los que sólo desearías tener una discusión por ver quien cede el paso a la entrada del retrete." y "Algunos ni tan siquiera recuerdan cuando fue la última vez que sonrieron sin estar en una rueda de reconocimiento."

Sus columnas, tanto escritas como narradas, se titulaban Historias del Savoy y con el gancho del recuerdo al escuchar la pieza seleccionada por nuestro anfitrion he encontrado esto que quiero compartir con vosotros:
http://historiasdelsavoy.blogspot.com/

Dani Llabrés dijo...

Estimado Aristo:

Estoy pensando seriamente en hacerle un hijo como agradecimiento por haberme descubierto al Maestro Alvite.
Veo que mi patológica fobia hacia la prensa escrita -pues su extrema subjetividad partidista obliga a demasiados contrastes para obtener algo levemente cercano a la verdad- me ha privado de alguna maravilla literaria.
Y es que, parafraseando al propio Alvite, hasta en las heces de los cerdos puede crecer un puñado de rosas marrones.

Anónimo dijo...

No dudo de su prolija fertilidad y de su infinita capacidad fecundadora lo que dudo es de mi capacidad y predisposición para recibirla. Ademas seria tirar perlas a los cerdos, o en su caso perlas al cerdo.

Anónimo dijo...

Creo que me voy a hacer con algún tema de este buen hombre. Gracias por dármelo a conocer.

Por cierto, que no nunca te he dejado la dirección de mi blog por si quisieras echarle un vistazo (sin compromiso, claro). Es www.chinchesenelespejo.wordpress.com.

Saludos!

Paula

Dani Llabrés dijo...

Para Aristo:

Ahorrándole retruécanos de naturaleza soez sobre la predisposición y los dry-martinis, y la capacidad y la vaselina tamaño industrial, simplemente trasladarle lo que me he reído con su último comentario.

Dani Llabrés dijo...

Para Paula:

Esa es una de las grandes maravillas de ese vasto universo que es la música: siempre hay alguna maravilla esperándote a la vuelta de la esquina.
Algo que por cierto también me sucede con la literatura y hace años que no me pasa con el cine.

Y hablando de maravillas y literatura: gracias por su blog.

Anónimo dijo...

Drogas y creación artística. Comienzo a escribir esto y me siento torpe y desganado quizá porque me acabo de levantar no me queda tabaco y todavía no he metido la mano en ese recipiente con capacidad de 2 litros en el que todavía dos tercios están repletos de ese combustible verde llamado "felicidad"...pronto me armaré de valor y bajaré al bar a comprar tabaco para mezclarlo con mi medicina, del bueno de Chet que decir...que siempre te olvidas de su segundo mejor instrumento, su voz, una voz a medio camino entre una cantante de jazz femenina y el deje arrastrado de un poli-toxicómano (o policóxamo como dice Peloto) suplicándote (por la buenas) unas monedas para su próxima dosis...una voz como pocas, una voz capaz de ponerte los pelos de punta, hacerte llorar o enamorarte. Otra de las cosa que me gustan de Chet es que lo supo llevar tan bien que después de una larga vida de drogadicción prácticamente ininterrumpida seguía ahí hasta el dia del desgraciado accidente. Moraleja: La droga no mata ...mata el pavimento.
Long Live Bitter! (me bajo a por tabaco)
Cuando te veo?
(El libro me tiene enganchado...he interrumpido la lectutra de Odio (Integral) 2 de Peter Bagge para darle caña...)
Mo.

Dani Llabrés dijo...

Estimado Moriarti:

Siempre que leo algo tuyo me acuerdo de Fernando Esteso. Más que otra cosa por esa regla no escrita de que los buenos imitadores suelen estar dotados con una buena voz; regla similar a lo que sucede con los buenos dibujantes y la literatura.

Cierto que siempre paso por la voz de Chet Baker de puntillas y con la boquita pequeña, supongo que será por evitar el recuerdo de aquella rocambolesca noche que empezó con un "¿Pero qué coño va a cantar Chet Baker?"

No sufras que a mediados de este mes me tendrás porculeando a ese lado del rio Túria.

En cuanto a la novela, decirte que la inquietud de estos días me tiene colocando trilita en sus cimientos.

Salud amigo y ese que llama a la puerta soy yo.